Por: Pastor Carlos Alamino
“Oh Padre, ayúdame a tratar mis hijos como Tú me has tratado. Hazme sensible a sus necesidades y frustraciones. Ayúdame a escuchar con atención, entendimiento y comprensión lo que tienen que decir. Ayúdame a tratarlos como personas que Tú diseñaste y, por lo tanto, diseñadas con dignidad real. Ayúdame a respetarlos cuando hablan, sin interrumpirlos o contradecirlos; a respetar sus ideas y la necesidad de tener libertad al tomar decisiones y asumir responsabilidades conformen puedan. Dame sabiduría y entendimiento para enseñarles como Tú me has enseñado. Gracias porque a través del Señor Jesús me has dado todo lo que necesito para poder ser lo que Tú esperas de mí como padre cristiano”. Esta es una oración que brota del corazón de un padre conforme al corazón del Padre Celestial. ¿Cuál es tu oración por tus hijos?
En su enseñanza sobre la oración, Jesús les dice a sus discípulos: “¿Qué padre de vosotros, si su hijo le pide pan, le dará una piedra? ¿o si pescado, en lugar de pescado, le dará una serpiente? ¿O si le pide un huevo, le dará un escorpión? Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre celestial dará el Espíritu Santo a los que se lo pidan?” (Lucas 11:11-13). La comparación de un padre terrenal con el Padre Celestial nos desafía a tener un corazón fiel a nuestros hijos y darles lo mejor. Jesús nos dice que lo mejor es pedir a Dios el Espíritu Santo, porque es una bendición espiritual que nos ayudará a tener dones y caminar por las buenas obras que Dios prepara de antemano (véase Efesios 2:10).
Cuando era niño, recuerdo un día donde mi padre estaba pelando naranjas con un cuchillo pequeño y muy afilado. Deseoso de comerme una de ellas, le dije: “¡Papá, dame el cuchillo!” Él me miró, tomó una naranja, quitó su cáscara y me la dio ya lista para comer. Entendí más tarde que no necesitaba el cuchillo sino la fruta para alimentarme. Verdaderamente él me amó de corazón al no darme algo peligroso; ¡me dio algo mejor! Con el tiempo, también me di cuenta de que su amor y su fidelidad fueron mayor porque me enseñó a amar a Dios y pedirle al Espíritu Santo que llenara mi vida y que fuera mi amigo. Ahora entiendo el corazón de mi padre. Él sabía que todo lo que me diera en la tierra sería temporal, pero si me ayudaba a tener una buena relación con Jesucristo, esta sería eterna. Como padres debemos tener un corazón del cual brote fidelidad y amor hacia nuestros hijos. Ahora te vuelvo a preguntar, Papá, ¿qué oración al Padre Celestial, por tus hijos, brota de tu corazón?
Pastor Carlos Alamino – Cuba
Fundador y Presidente de ELNAC
Pastor Iglesia Bautista El Redentor, Céspedes, Cuba
Magnifica enseñanza de como debe ser el verdadero padre para con sus hijos y asi recibir su amor cuando uno este viejo, porque lo que se siembre se cosecha.
Bendiciones.
Gracias Angel por dejarnos tu comentario sobre este devocional. Bendiciones!
Rafy