Ser hombre…¿Quién lo define? 1

Ser hombre…¿Quién lo define? 1

Parte 1

Cada cultura tiene su visión ideal de la masculinidad. El sociólogo Erving Goffman escribió en uno de sus libros lo siguiente sobre el hombre norteamericano: «En un sentido importante, solo hay un hombre que completamente se avergüenza muy poco de su masculinidad: el hombre joven, casado, de tez blanca, urbano, heterosexual, protestante, padre, de educación universitaria, con un empleo a tiempo completo, de buena apariencia, peso adecuado y altura aceptable, atleta o con un buen historial en deportes … Cualquier hombre que no cumpla con ninguna de estas características es probable que se vea a sí mismo, al menos durante ciertos momentos en su vida, como indigno, incompleto e inferior». ¿Qué te parece? Es muy claro el prototipo de hombre o masculinidad que se espera, según este sociólogo. Y para aclarar no estaba describiéndome.

He aquí lo verdaderamente sorprendente, eso fue escrito en 1963 y, en general, parece que no ha habido mucho cambio. Nuestra definición de lo que significa ser un hombre ha sufrido cambios en las últimas décadas sin embargo todavía se mantienen ciertas expectativas establecidas por la cultura.  En mis conversaciones con varios hombres en los talleres y conferencias del Ministerio Padre de Corazón, me han expresado que no cumplen con lo que se espera de ellos porque están con sobrepeso, o no tienen la estatura correcta, o no tienen una educación formal e inclusive, porque son de otro país o de otra cultura. Hay quienes piensan que tienen que casarse para llegar a ser hombres. Mientras que otros tienen una constante batalla porque la esposa devenga un salario mucho mayor que ellos y se sienten inferiores, menos hombres. Ni se diga que los que se quedan en casa cuidando de los hijos mientras la esposa es la que trae el arroz y las habichuelas a la mesa. La implicación parece ser bastante clara: si no cumples con los que establece la cultura, no eres lo suficientemente hombre.

Los ideales culturales de la masculinidad deben ser desafiados ya que excluyen a aquellos que no se conforman a las expectativas que se han establecido. Les roban a esos hombres su hombría. Si un hombre no trabaja para ajustarse a los estándares culturales, su hombría se encuentra con una lluvia de preguntas destinadas a avergonzarlo: ¿Por qué estás soltero? ¿Por qué no tienes hijos? ¿Por qué no te gustan los deportes? ¿Tú eras de los que te pasabas leyendo libros en la escuela? ¿Por qué te quedas en casa mientras tu esposa trabaja? La pregunta subyacente siempre es: ¿Qué te pasa como hombre?

Nuestra definición cultural de ser un hombre ha tenido un impacto significativo en las expectativas en algunas iglesias sobre los hombres. A menudo, si es que se hace, se exhorta a los hombres desde el púlpito a ser un líder, tener confianza, tomar decisiones difíciles, mantener a su familia financieramente bien, pelear batallas, ser un buen padre y amar bien a su esposa, porque, después de todo, esto es lo que Dios dice que los hombres deben hacer. Escúchame bien, muchas de estas son cosas buenas, claro que son buenas, si tienes una familia. Incluso en nuestras iglesias la suposición es que todos los hombres se casan o deben casarse; todos los hombres tienen hijos o deben tener hijos; y todos los hombres son líderes. Cuando lo resumes, hay poca diferencia entre la descripción de Erving Goffman, que di al principio del hombre estadounidense ideal y el hombre ideal de la iglesia estadounidense. Me parece que tampoco está muy lejos de lo que espera la iglesia Hispana en Estados Unidos, y aún en nuestros países Latinoamericanos. ¿Qué crees?

La pregunta obvia es: «¿Quién está influyendo en quién?» Uno de los grandes gozos de mi labor ministerial es cuando imparto talleres, conferencias, charlas y predicaciones en el Ministerio Padre de Corazón. Puedo mirar los rostros de los hombres mientras escuchan la Palabra de Dios y las enseñanzas del Ministerio para los padres. Cuando miro a la congregación veo una miríada de expresiones de hombría. Veo hombres que encajan en la descripción que he mencionado, y hombres que no encajan con esa descripción. Hombres que son un poco más pesados, que no son tan altos, que son menos guapos, que aman y aman de verdad el deporte de futbol soccer y visten la camiseta de su equipo favorito, que son ruidosos, que son callados, que son líderes, que no son líderes, que no son atléticos, que no están casados, que no son blancos, y que son padres que se quedan en casa.

¿Son hombres? ¿Cumplen con las expectativas de la cultura de hoy? Aún más, ¿cumplen con el hombre ideal que espera la iglesia?

Tratar de llegar a una definición única de hombría es un ejercicio que corre el riesgo de eliminación, reducción y hasta de cancelación. El intento siempre fallará en incluir a alguien o algún grupo en específico, por lo tanto, aunque no se haga de forma intencional, podemos llegar a pronunciar a algunos de ellos como que no son hombres completos, o no son hombres suficientes. Desafortunadamente, los esfuerzos recientes en las iglesias, no todas, para lograr que los hombres «actúen como un hombre» han sido igual de alienantes para los hombres que ya se sienten inferiores contra un estándar imposible o se sienten que están siendo atacados o señalados constantemente.

Te espero en la próxima edición de Herramientas de Papa del Ministerio Padre de Corazón donde continuamos con esta nueva serie; Ser hombre; ¿Quién lo define? Mientras tanto, nos veremos en el barrio…un cafecito a la vez.

Que Dios te bendiga abundantemente y seas de bendición para otros.

Copyright 2021
Dr. Rafael (Rafy) Gutierrez
Pastor/Director
Ministerio Padre de Corazón
rafy@padredecorazon.org
www.padredecorazon.org

Foto por: Jakob Owens en Unplash.com

08 Feb 2022

Pastor Rafy Gutierrez, DMin

Director Ministerio
Padre de Corazón

Rafael (Rafy) Gutierrez

Rafy Gutiérrez posee un bachillerato (licenciatura) en administración de empresas y dos maestrías; una en finanzas corporativas y otra en estudios bíblicos y ministerios. Posee un Doctorado en Ministerio (DMin) del Seminario Bautista Midwestern en Kansas City, Mo.  Su pasión es estudiar y enseñar la Biblia y brindar cuidado pastoral enfocado en el ministerio para padres.

Rafy es el Director del Ministerio Padre de Corazón, ministerio hispano de Abiding Fathers con oficinas en Dallas, Texas. Ha impartido talleres y conferencias sobre el rol del padre en Cuba, Puerto Rico, España y en varias ciudades en los Estados Unidos. Es productor y la voz en el Podcast de Padre de Corazón. Rafy es profesor adjunto en el Seminario Teológico Bautista de Midwestern y profesor invitado en el Seminario Teológico de Centro América extensión del Seminario Teológico de Dallas, Texas.

Rafy y su esposa, Ernestine (Ernie) se mudaron a la zona de Frisco, Texas desde Puerto Rico en 1995. Tienen dos hijas casadas, Amy y Wendy, y dos amados nietos, Coral y Joel.

Fue ordenado pastor en Marzo del 2016. Actualmente se congrega en The Heights en Español en Richardson, Texas.

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