En el artículo anterior hablamos de que Pedro y su hermano Andrés eran pescadores. Jesús los llamo dentro del contexto en que ellos vivían y por lo tanto se podían identificar hasta cierto sentido con el llamado de convertirse en “pescadores de hombres.” Lo más seguro no tendría mucho sentido para ellos en ese momento.
Ahora, quiero detenerme un momento aquí para hablar sobre el oficio de pescadores en los tiempos de Jesús y aclarar algunas creencias erróneas. Según el comentarista Bíblico James Edwards y estoy parafraseando: “la pesca era la industria primordial en el Mar de Galilea. La pesca no era consumida solamente por las villas locales. El pescado era el plato básico de la cocina greco-romana en todo el imperio. Por lo tanto, la pesca proveniente del mar de galilea era exportada a lugares distantes como Egipto y Siria. El que estos pescadores compitieran en el mercado mediterráneo era una muestra de sus destrezas, prosperidad e ingeniosidad. Lo más probable es que dominaban el idioma griego, idioma internacional de los negocios y la cultura. Los pescadores que Jesús llamo no eran simples pescadores de pasatiempo. Para poder sobrevivir en el mercado mediterráneo necesitaban ser hombres exitosos en el negocio de la pesca.” Interesante, ¿no crees?
Cuando leemos el relato del llamado de Pedro y su hermano Andrés, Marcos menciona la empresa de pesca que tenía el papá de Santiago y Juan. Escucha lo que nos dice Marcos en el capítulo 1 versos 19 al 20 en su evangelio: “Un poco más adelante, Jesús vio a Santiago y a su hermano Juan, hijos de Zebedeo, que estaban en una barca arreglando las redes. En seguida los llamó, y ellos dejaron a su padre Zebedeo en la barca con sus ayudantes, y se fueron con Jesús.” Estos hombres, en su mayoría, eran empresarios, como dije en el artículo anterior, entre sus cualidades estaba la valentía, capacidad de trabajar juntos, paciencia, energía, resistencia, fe y tenacidad. Los pescadores profesionales sencillamente no pueden darse el lujo de rendirse o quejarse.
El médico Lucas nos presenta un relato más dramático. Es el que vemos en muchas de las películas de la vida de Jesucristo. Es una de esas escenas donde te identificas con Pedro o dices “yo quiero ser Pedro.” Jesús había ministrado en Capernaum, donde sanó a la suegra de Pedro. Estando en las orillas del mar de Galilea vio dos barcas vacías y aprovechó la oportunidad para enseñar. Le pidió a Pedro, dueño de la barca, que la empujara al agua para desde allí enseñar a las multitudes. Una vez terminada la enseñanza le pidió a Pedro que fuese a las aguas más profundas para pescar. ¿Te acuerdas? En el artículo anterior dijimos que el lago tenía áreas profundas de alrededor de 160 pies. La contestación de Pedro no se hizo esperar: “Maestro, hemos trabajado mucho durante toda la noche y no hemos pescado nada; pero si tú lo dices, echare las redes nuevamente.” (Lucas 5:5). Pedro tenía toda la razón. La evidencia era obvia. No habían pescado nada durante toda la noche. Estos hombres profesionales en la pesca, conocedores del Mar de Galilea, no habían tenido éxito en su pesca esa noche.
Jesús era un carpintero de Nazaret, “de donde nada bueno ha de salir.” Pedro era el pescador profesional, quien conocía muy bien las aguas del lago. Lo más seguro es que Pedro había escuchado y experimentado de las obras de Jesús en Capernaum. Jesús había sanado a su suegra. Pero ahora sería diferente. ¡El milagro sucedió! Las redes se llenaron de tantos peces que comenzaron a romperse. Al unirse otra barca, pronto se llenaron de peces que estaban a punto de hundirse.
He aquí la parte dramática de la película: Pedro se dio cuenta de lo que había sucedido, cayo de rodillas delante de Jesús y le dijo: “Señor, por favor aléjate de mí soy un hombre tan pecador.” Aquí es donde tal vez te identificas con Pedro. Donde tal vez quieres ser como él. Tal vez puedas ver como se sintió Pedro. ¿Cómo es posible que este carpintero de Nazaret puede saber dónde tirar la red en este lago que yo conozco como la palma de mi mano? Y entonces, viene el llamado: “Sígueme, ¡De ahora en adelante pescaras personas!”
¡Nos veremos próximamente en el barrio!
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Dr. Rafael (Rafy) Gutierrez
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