Dios Todopoderoso se hizo hombre, llego al vecindario, al barrio y sirvió a la gente pecadora. Podríamos aprender de su ejemplo. De hecho, debemos hacerlo. Es un mandato, pero es un mandato con una promesa: este servicio engrandece el Reino de Dios y comienza en tu hogar. Nuestros dones y nuestros talentos se convierten en herramientas útiles para los beneficios de los demás. Se reduce a la teología de la palangana. ¿Cual de las dos has de tomar? ¿La de Poncio Pilato o la de Nuestro Señor Jesucristo?
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