Los padres juegan un rol importante en la formación espiritual de sus hijos. Sin embargo, podemos estar, y yo creo que ya estamos, en un momento cultural en el que los padres están menos presentes en el hogar, y mucho menos intencionales, acerca de la creación de entornos cristianos para que florezca y se afirme la fe en sus hijos. Hay una buena posibilidad de que muchos feligreses de su iglesia hayan tenido una experiencia difícil con su padre. Tal vez hay quienes aún están cargando heridas dejadas por su padre, un tema que espero pronto compartir con ustedes. Es posible que algunos ni siquiera conocieron a su padre. Y ya sea que lo reconozcan o no, en sus corazones están buscando aún esa figura paterna, el amor y abrazo de un padre, hombres de Dios que puedan llenar ese vacío. Algunos ponen sus energías en sus carreras profesionales, buscando validación y afirmación en sus trabajos. Otros ahogan sus dolores en el consumo de medicamentos recetados, bebidas alcohólicas, actividades ilícitas o inmorales, relegando sus responsabilidades con la familia.
Entonces ante esta realidad, ¿qué pueden hacer las iglesias para evangelizar, discipular y equipar a los padres en este importante rol?
Escucha las palabras del Apóstol Pablo a la iglesia en Tesalónica y como él se dirige a ellos como un padre: “Ustedes mismos son nuestros testigos—al igual que Dios—de que fuimos consagrados, sinceros e intachables con todos ustedes, los creyentes. Y saben que tratamos a cada uno como un padre trata a sus propios hijos. Les rogamos, los alentamos y les insistimos que lleven una vida que Dios considere digna. Pues él los llamó para que tengan parte en su reino y gloria.”
Muchos en nuestras iglesias nunca experimentaron el amor y la afirmación de un buen padre. Yo soy testimonio de uno de ellos. Muchos están buscando una figura paterna, pastores mentores que puedan ayudarlos a señalar el amor del Padre Celestial. Necesitan entender que Dios los estaba cuidando, como el Padre Celestial, en todo tiempo. Que Él es el Padre que nunca los abandona. Dios es el Padre que los ama por lo que son, no por lo que podrían ser o deberían ser. Los ama aún por lo que fueron, con todas sus cargas, heridas y cicatrices.
Los pastores, al igual que Pablo a la iglesia en Tesalónica, pueden afirmar, equipar y elevar a los padres en sus predicaciones, ofreciendo audazmente el Evangelio a esos corazones necesitados con un mensaje entendible y práctico. Al igual que Jesús, los pastores pueden enseñar en el contexto diario de estos hombres y empleando situaciones que les son familiares. También pueden hacer esto estableciendo relaciones como mentor, afirmando las vidas espirituales de los hombres de su congregación. Al igual que Bernabé a Pablo y Pablo a Timoteo, un pastor puede poner a los hombres a quienes pastorea en una trayectoria espiritual positiva.
Continua…
Copyright 2022
Dr. Rafael (Rafy) Gutierrez
Director – Padre de Corazón
[email protected]
www.padredecorazon.org
Fuentes citadas: El poder de la fe del padre por Daniel Darling