“…como trata un padre a sus propios hijos…”
Continuación.
Las palabras poseen un increíble poder para levantarnos o derrumbarnos. Las palabras de bendición proveen a nuestros hijos fuerzas en los futuros problemas que enfrentarán. Usted puede fortalecerlos en tiempos de dificultad; sus hijos necesitan escuchar sus palabras de ánimo, consuelo y exhortación. Nunca subestime el poder de tus palabras como tampoco la confianza y la fuerza que pueden darles en medios de tiempos difíciles. El apóstol Pablo así lo hizo al pasar un tiempo con la iglesia de Tesalónica, donde fue un padre para cada uno de los miembros de la iglesia. Sus palabras paternales para la iglesia nos deben ser ejemplo en nuestro rol como papá. La palabra de Dios en primera de Tesalonicenses capítulo 2 versículo 11 al 12 dice de la siguiente manera: “Saben también que a cada uno de ustedes lo hemos tratado como trata un padre a sus propios hijos. Los hemos animado, consolado y exhortado a llevar una vida digna de Dios, que los llama a su reino y a su gloria.”
Quiero compartir algunos consejos prácticos para animar y consolar y exhortar:
Primeramente, dígales a sus hijos que los ama. Hágalo constante y consistentemente. Expréselo verbalmente; ellos esperan que así usted lo haga. Ellos se lo van a agradecer y por siempre lo recordarán. El apóstol Pablo lo expresó a la iglesia en Tesalónica, cuando le dijo: “Los amamos tanto que no solo les presentamos la Buena Noticia de Dios, sino que también les abrimos nuestra propia vida.” 1ra de Tesalonicenses 2:8 (NTV).
Segundo, esté presente para sus hijos. Aprovecha el tiempo para jugar y divertirse con ellos, pero es especialmente importante estar con ellos cuando los tiempos son difíciles. Los niños necesitan una fuente de estabilidad en su vida y la gran mayoría de la veces, sino todas, depende de los padres. La mejor manera de hacerlo es teniendo una presencia consistente física, emocional y espiritual.
Y tercero, proteja sus corazones y mentes de temas para lo cual ellos no están preparados aún. Con lo que podemos llamar la omnipresencia del internet y los medios sociales, nuestros niños están expuestos a experimentar contenido mucho antes de que tengan la madurez para darle sentido a lo que ven y/o leen. Todo eso los puede conducir a experimentar confusión, inestabilidad, falta de confianza y un sentido debilitado de ellos mismos.
Padres, ¿están listos para hacer algo grande? Levanta a tus hijos con tus palabras de ánimo, consuelo y exhortación. Siembra en ellos una semilla que florezca de generación en generación.
Copyright 2020
Dr. Rafy Gutierrez, DMin
Director
Ministerio Padre de Corazón
Internacional, Relacional, Generacional
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Foto por: Jed Owen en Unplash