Las heridas del padre…y de la madre. Parte 5

Parte 5

Mi relación con mi Padre (Testimonio continuación)

Cuando conocí a quien hoy es mi esposo, mi papá decidió llevarlo a consumir bebidas alcohólicas para ver cuan tan “hombre” era. Mi entonces novio, llevó a mi papá, a un lugar que él conocía. Al llegar mi padre a casa, bastante tarde en la noche, fue a mi cuarto y me despertó solo para decirme: “ese novio tuyo es un macho, sabe beber, te puedes casar con él”. Vaya consejo de un padre preocupado por su hija, le da permiso a casarse porque su novio toma licor y sale todos los fines de semana con los amigos a tomar licor. Siempre me decía: “ese es un macho, no son como esos tontos de la iglesia donde tú vas que no hacen nada y necesitan a un hombre que los enseñe a ser machos.” Creo que era al revés, mis amigos de la iglesia le podían enseñar a mi papá a ser un verdadero hombre según el diseño de Dios.

Hoy en día Dios me regaló la bendición de tener dos hijos varones a los cuales crié enseñándoles: como amar a Dios sobre todas las cosas, como tratar bien a una mujer, y como ser un buen hombre de Dios todo el tiempo. Me siento orgullosa de lo que he logrado con ellos. Mi hijo mayor es Pastor Presbiteriano en una iglesia en la parte Noroeste de Puerto Rico. El menor es Gerente Senior de una empresa aeronáutica en Puerto Rico. Son unos hijos excelentes, muy buenos esposos, y mi hijo mayor me dio la bendición de ser abuela de un niño hermoso que ya tiene 5 años. Cuando veo como mi hijo es con su hijo, veo en él el padre que quise siempre tener. El padre que protege, que cuida, consiente, nutre y corrige con un amor envidiable, pero sobre todas las cosas le enseña a amar a Dios. A mi nieto, a mi amado nieto, le encanta orar con su papá y cantar canticos de alabanza y adoración a Dios.

A pesar de todas las cosas utilicé mis malas experiencias para romper la “cadena” o el “ciclo” y enseñarles a mis hijos como deben ser como hombres, esposos y padres.

Este es parte del testimonio de mi amada hermana, Sonia del Carmen Gutiérrez Rodríguez. Es el testimonio de muchos hombres y mujeres que he conocido en los talleres y conferencias del Ministerio Padre de Corazón. No importa la edad, puede que sea en los 20’s, 30’s, hasta los 70’s son heridas de un padre y/o de una madre que permanecen en sus corazones y necesitan ser sanadas. Son heridas que solo Cristo puede sanar. No podemos seguir pretendiendo que por el proceso de difusión, estos hombres y mujeres sean sanados por el simple hecho de sentarse en la banca de la iglesia un domingo durante el servicio de adoración. Requiere mucho más que eso.

Samuel Osherson, psicólogo de la Universidad de Harvard en Estados Unidos, luego de haber entrevistado a un sin número de hombres de edad entre los 30 y 40 nos dice en su libro “Encontrando a nuestros padres”, que “los niños llegan a convertirse a hombres con la herida del padre dentro de ellos, teniendo un conflicto interno de masculinidad.” Concluye diciendo lo siguiente: “La ausencia psicológica o física del padre en las familias es una de las tragedias mas subestimadas de nuestros tiempos.”

Yo no se como es, o fue la relación con tu papá. Tal vez te puedas relacionar con el testimonio de Sonia como también con lo que he escrito hasta ahora sobre la relación con mi padre. Tal vez tuviste una buena relación con tu papá. Sea cual fuese esa relación espero que esta serie sea de bendición y edificación para tu vida ahora como padre y como esposo.

Continuamos con esta serie de mensajes en la próxima edición. Mientras tanto me gustaría escuchar de ti. Me puedes escribir a: rafy@padredecorazon.org o me envías un mensaje de texto a mi WhatsApp: +12145337899.