Vimos que el Diccionario General de la Lengua Española Vox define honrar como el respeto y buena opinión que se tiene de las cualidades morales y de la dignidad de una persona. Según el Diccionario el verbo honrar es mostrar respeto y consideración hacia una persona. También vimos que según la página web Diccionariobiblico.org, el significado bíblico de la palabra honra es “peso” y se refiere a que la persona o personas a las que se va a honrar tienen peso e importancia en una vida.
Entonces nos debemos preguntar lo que honrar a los padres no es o no debe ser. Primeramente, honrar a los padres no es idolatrar a los padres. Yo entiendo que en nuestras palabras de cariño se usan expresiones como: “mi papa es mi ídolo”, “no hay nada fuera de mi madre, ella lo es todo para mí.” Son expresiones que escucho a menudo, muestras de amor. Lo mismo puede suceder con los hijos, con la esposa o el esposo, o cualquier otra persona.
¿Qué es idolatría? Según el Diccionario Teológico, idolatría es el culto destinado a la adoración de los ídolos. Puede considerarse también como idolatría el amor excesivo por alguna persona o algún objeto. Amor que sustituye el amor que se debe dedicar, voluntariamente, al único y verdadero Dios. Cualquier amor que sustituya el amor que se debe a Dios es idolatría. ¿Te acuerdas de los primeros cuatro mandamientos y nuestra relación con Dios?
¿Qué es un ídolo? Quizás cuando piensas en la idolatría piensas solamente en imágenes talladas o en los dioses de las religiones falsas. Pero nosotros también podemos estar enredados en la idolatría, aunque no estemos físicamente postrándonos ante alguien o algo. Escucha lo que dice Pablo en Colosenses 3:5: “Haced morir, pues, lo terrenal en vosotros: fornicación, impureza, pasiones desordenadas, malos deseos y avaricia, que es idolatría”
¿Como Podemos Reconocer los ídolos del corazón? Cuando convertimos a alguien y/o algo, que no sea Dios como el centro de nuestras vidas, estamos claramente envueltos en la adoración de un ídolo. Adoramos lo que creemos que desesperadamente necesitamos, que debemos entregarnos por completo o debemos poseer por todos los medios para ser felices. Si pecamos habitualmente con el fin de obtener algo o si pecamos habitualmente porque no podemos poseer algo, la posibilidad es, que estamos adorando esa cosa. Algunos de estos pecados podrían incluir: mentira, manipulación, malhumor egoísta, alejamiento, quejas, ira pecaminosa, auto conmiseración, actitud de amargura, preocupación exagerada, desesperación, juzgando a Dios, y a los demás, proclamar como enemigos a aquellos que no están de acuerdo con tu forma de pensar y opinión. La verdad es que cuando adoramos ídolos estamos viviendo para nosotros mismos.
Así, un ídolo es cualquier cosa que consistentemente hacemos igual a o más importante que Dios en nuestra atención, deseo, devoción, y decisiones. Aquí algunos ejemplos de lo que las personas adoran en lugar de Dios: cosas materiales, control, riquezas, a ellos mismos, a otra persona, un dios de su propia imaginación, apariencia física. La lista es larga.
Cuando adoramos a un ídolo le damos nuestro propio corazón en vez de a Dios. El fijar nuestro corazón constante y persistentemente, en alguien o algo más que no sea Dios, aunque se diga que se adora a Dios o decir que servimos a Dios, es ser infieles para con Dios. Nos convertimos en idolatras.
Honrar a los padres o a otra(s) persona(s) tampoco significa servilismo. Una persona que acata órdenes sin realizar ningún tipo de reflexión o cuestionamiento por más que sean contrarias a sus deseos o intereses, o incluso si sus consecuencias son dañinas para ella, está realizando un acto de servilismo. La persona que cae en el servilismo no se respeta a sí misma, ni tampoco actúa movida por un deseo genuino de ayudar. El servilismo no tiene buenas intenciones, no busca el bienestar sino que funciona como un mecanismo propio de la falta de libertad, de la imposición de ciertas reglas o expectativas que nublan la visión de quien lo lleva a cabo.[1]
Debemos entender la diferencia entre servilismo y ser servicial. Una persona servicial tiene una natural tendencia a ayudar a los demás, una necesidad de hacer que se sientan a gusto, de manera que lo hace con diligencia y de forma voluntaria. Siempre que no exceda el límite de la propia voluntad, este rasgo la satisface y la convierte en alguien constructivo para la sociedad. Podemos ser serviciales a quienes honramos sin tener que caer en la trampa del servilismo hasta el punto de afectar adversamente la vida de otros.[2]
¿Cómo honrar a nuestros padres cuando no estuvieron ausentes en nuestras vidas o dejaron heridas profundas en nuestro corazón? Si comprendemos los primeros cuatro mandamientos, nuestra relación con Dios, nos llevara a honrar a nuestros padres y ofrecer respeto hacia ellos. Ellos no fueron o son perfectos. Tampoco nosotros. Pero la gracia de Dios fluye a través de nosotros hacia los demás, incluyendo a nuestros padres.
Unas últimas palabras al cierre de esta serie de mensajes. La iglesia cristiana debe asumir un papel activo en los asuntos de la relación familiar. La iglesia no puede continuar con oídos sordos sobre la realidad que viven nuestras familias hoy día, incluyendo el tema de honrar a los padres.
Es mi oración que esta nueva serie de mensajes sean de bendición y edificación en tu vida, pero más aun que sea para glorificar y honrar a Dios, nuestro Padre Celestial. Te espero en la próxima edición de Herramientas de Papá. Mientras tanto…ya sabes…Nos Vemos en el Barrio, con un cafecito a la vez.
Copyright 2023
Dr. Rafael (Rafy) Gutierrez
Director
Ministerio Padre de Corazón
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[1] https://definicion.de/servilismo/
[2] https://definicion.de/servilismo/