“El Señor Dios puso al hombre en el jardín de Edén para que se ocupara de él y lo custodiara; pero el Señor Dios le advirtió: «Puedes comer libremente del fruto de cualquier árbol del huerto, excepto del árbol del conocimiento del bien y del mal. Si comes de su fruto, sin duda morirás». Después, el Señor Dios dijo: «No es bueno que el hombre esté solo. Haré una ayuda ideal para él». Entonces el Señor Dios formó de la tierra todos los animales salvajes y todas las aves del cielo. Los puso frente al hombre para ver cómo los llamaría, y el hombre escogió un nombre para cada uno de ellos.” Genesis 2:15-19.
Dios puso al hombre en el jardín para que se ocupara de él y lo custodiara. Un hombre de Dios, entonces, es aquel que se ha dedicado a cultivar, construir y producir, no solo cosas, sino también personas. La otra mitad del trabajo es cuidar. Esta palabra hebrea a menudo implica protección. De tal forma que el hombre tiene en una mano el arado para trabajar y en la otra la espada para proteger.
Ser hombre de Dios también significa: vivir bajo la autoridad de Dios. Un verdadero hombre no es el que hace lo que le da la gana; un verdadero hombre es aquel que está en total sumisión a su Creador. De alguna manera, se ha pintado la espiritualidad como un patrimonio de las mujeres, de la abuelitas, sin embargo, un verdadero hombre es el que vive bajo la autoridad de Dios.
Ser hombre de Dios significa necesitar ayuda. Dios no nos creó para estar solos; Dios nos diseñó para la comunidad. El hombre necesita ayuda; fuimos creados con la necesidad de ser ayudados. Y más específicamente, fuimos diseñados para necesitar la ayuda de una mujer; la esposa dada por Dios mismo.
Ser hombre de Dios significa liderazgo. El hombre recibió el llamado de ejercer un liderazgo y autoridad singular ante todo lo creado, empezando en el hogar. Esto de ninguna manera es un rasgo machista, ni es una distinción de valor o dignidad; hombre y mujer son iguales en dignidad y valor, pero tienen distintos roles.
Ser hombre de Dios significa ser responsable. El mandato de prohibición de comer del árbol del conocimiento del bien y del mal se le dio a Adán. Con eso Dios le está diciendo al hombre: “tú estás a cargo, tienes no solo autoridad, sino responsabilidad de lo que sucede en este huerto en que te he puesto”.
Esto es un encargo enorme, ser hombre bajo el diseño de Dios no es una tarea fácil. Sí, Dios hace responsables a los hombres. Pero, para aquellos que confían en Cristo, Él ha intervenido y nos ha dado su Espíritu para que realmente podamos caminar en una vida nueva y honrarle. Para aquellos que han sido objeto del pecado de hombres caídos, Cristo es el varón perfecto que siempre ama, nutre y cuida a sus hijos. Nuestra esperanza está en Él. Nuestro segundo y perfecto Adán.
La cultura hispana ha tenido un fuerte arraigo a la visión machista (en el matrimonio o en otras relaciones con sus semejantes), donde el hombre no lidera como Cristo a través del servicio, sino como el mundo, imponiéndose sobre otros. El hombre ha de tener una cosmovisión Bíblica para no caer en esta práctica cultural no bíblica. Pero, por otro lado, debe cuidarse de que el temor a esto lo lleve a abandonar el llamado que la Escritura establece para los hombres.
Hay que entender que estos llamados de Dios al hombre tienen momentos donde no es posible vivirlos. Por ejemplo, el hombre es llamado al trabajo, pero puede enfrentarse a momentos de desempleo, donde su trabajo será buscar trabajo. Pero en algunos casos no podrá hacerlo, cuando tengan lugar limitaciones físicas, enfermedad u otros impedimentos.
El hombre ha ver a Jesús como un modelo de hombre, que lideró con determinación y amor, con verdad y gracia, cuyo medio para liderar fue el servicio. En la época en la que vivimos, cada vez se dan más casos de varones que son arrastrados por las corrientes posmodernistas y mensajes falsos, tal como sucedió en el huerto del Edén. Como ministerio explicamos que el llamado a la masculinidad no implica el control de las emociones, sino la imitación de las acciones y patrones, características del diseño de Dios para el hombre. Suele ser de utilidad apuntar a modelos dentro de la iglesia que exhiban estas cualidades como modelos a seguir, que destacan en imitar al varón perfecto que es Cristo.
En el ministerio Padre de Corazón creemos que la paternidad y la masculinidad van de la mano. Es simplemente obvio que no podemos separar uno del otro. De igual manera creemos que ser esposo y masculinidad van de la mano y como esposo, y padre pertenecen al núcleo familiar. El hombre, como padre y esposo, no es meramente un accesorio que provee las necesidades económicas de la familia. Cada hombre de Dios debe fortalecer cada una de sus características de hombría de manera que, pueda alcanzar todo su potencial según el diseño de Dios y llegar a ser el hombre, esposo, padre y líder que Dios quiere que sea.
Te espero en la próxima edición Herramientas de Papa del Ministerio Padre de Corazón mientras tanto, nos veremos en el barrio…un cafecito a la vez.
Que Dios te bendiga abundantemente y seas de bendición para otros.
Copyright 2022
Dr. Rafael (Rafy) Gutierrez
Pastor/Director
Ministerio Padre de Corazón
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Fuentes consultadas: Base de datos de la Guía de Consejería, Torres, K., & Muñoz, M. Editorial Tesoro Bíblico.
Foto por: Ben White en Unplash.com