Cuando convertimos a algo o a alguien, que no sea Dios, en nuestro enfoque, el centro de nuestras vidas y meta principal estamos claramente envueltos en la adoración de un ídolo. Adoramos lo que creemos que desesperadamente necesitamos o debemos poseer para ser felices. Si pecamos habitualmente con el fin de obtener algo o si pecamos habitualmente porque no podemos poseer algo, la posibilidad es, que estamos adorando esa cosa o esa persona.
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