El Amor No Es…Parte 1a

El Amor No Es…Parte 1a

“El amor no es celoso ni fanfarrón ni orgulloso ni ofensivo.”

1 Corintios 13: 4b-5a

En su segundo viaje misionero, Pablo fue a la ciudad de Corinto, donde se quedó por dieciocho meses (Hechos 18:11). En ese tiempo Corinto era una próspera colonia Romana, y Pablo la consideraba como una ciudad estratégica para el avance del evangelio. Era considerada como una Roma en miniatura, un centro comercial floreciente. Corinto podía ofrecer a sus ciudadanos y viajeros todos los placeres de una ciudad cosmopolita de mente abierta. Los personas en esa cultura valoraban el éxito mediante la riqueza, la búsqueda de la posición personal, el individualismo competitivo, la sabiduría y el conocimiento. Este sistema de valores no sólo saturaba la cultura sino también influía adversamente en la iglesia. Cuando Pablo escribió 1 Corintios, tuvo que referirse a serios problemas dentro de la congregación. En la raíz de estos problemas estaban las actitudes y creencias mundanas que eran inherentemente hostiles al avance del evangelio de Cristo y la vida cristiana. Miremos cuatro de estas cualidades negativas que Pablo simplemente declara que el amor no es: Envidia, Jactancia, Arrogancia, Rudeza.

¡Vamos a ubicarnos! Definamos cada una de estas cualidades negativas de lo que el amor no es. Encabezando la lista de Pablo está un vicio que ha destrozado incontables relaciones y dividido muchas organizaciones, incluyendo iglesias y lamentablemente familias: la envidia o el celo. El Diccionario General de la Lengua Española Vox define la envidia “como el sentimiento de tristeza o enojo que experimenta la persona que no tiene o desearía tener para sí sola algo que otra posee. El deseo de hacer o tener lo que otra persona tiene.” La envidia hace que uno se resienta de la buena fortuna de otros; abarca los dones, posesiones, o posiciones de influencia que otros tienen.

Al igual que el pecado de la envidia, la jactancia, arrogancia o hacer alarde de autosuficiencia, es una preocupación pecaminosa con uno mismo. El Diccionario lo define como “la vanidad que muestra una persona que presume y alardea de sí misma y de sus propias cualidades.” Los jactanciosos necesitan que se les preste atención; quieren que otros alaben sus capacidades, conocimiento, éxitos, y aun sus sufrimientos por la iglesia y hasta lo que hacen por la familia. Debido a que desean reconocimiento, hablan con mucha importancia y exageradamente de sí mismos, aunque quizás no tengan nada importante que decir. ¡Estoy seguro de que cada día vemos algunas personas con esta característica!

El orgullo es definido como el exceso de estimación hacia uno mismo y hacia los propios méritos por los cuales la persona se cree superior a los demás. El orgullo es contrario al amor debido a que se enfoca en el ego más que en los otros. Como Amy Carmichael, misionera en India, dijo cierta vez: “Los que piensan demasiado de sí mismos no piensan lo suficiente”.

Comportarse con rudeza, ser ofensivos es el último que veremos en esta reflexión. El ofender es hacer que una persona se sienta despreciada o humillada mediante palabras o acciones. Que ataca o sirve para atacar. El hablar más fuerte o por encima que otros, no escuchar, ignorar las ideas de otras personas, amenazar y hacer comentarios hirientes, mostrar falta de respeto hacia los que no están de acuerdo, no ejemplifica amor. ¿Conoces a alguien que se comporta con rudeza?

¿Te acuerdas de las famosas caricaturas que llevaban como título principal “El Amor es”? Mi amada esposa siempre ha tenido el detalle de recortar y guardar algunos de ellos. Es un recuerdo del amor que es y el que no es. La palabra nos exhorta que quitemos estas características negativas de nuestras vidas; “Por lo tanto, desháganse de toda mala conducta. Acaben con todo engaño, hipocresía, celos y toda clase de comentarios hirientes.” 1 Pedro 2:1. Al practicar el amor que es paciente, bondadoso, sin envidia, que no es jactancioso o arrogante, que no es orgulloso ni rudo estaremos agradando a Dios primeramente y siendo modelos para nuestros hijos mostrándole constantemente un “camino más excelente”.

Continua…

¡Nos vemos en el barrio!

 

Copyright 2020
Dr. Rafael Gutierrez
Director-Ministerio Padre de Corazón
rafy@padredecorazon.org
www.padredecorazon.org

 

Fuentes consultadas:
Diccionario general de la lengua española Vox.
Strauch, A. Liderando con Amor.

01 Sep 2020

“El amor no es celoso ni fanfarrón ni orgulloso ni ofensivo.”
1 Corintios 13: 4b-5a

Pastor Rafy Gutierrez, DMin

Director Ministerio
Padre de Corazón

Rafael (Rafy) Gutierrez

Rafy Gutiérrez posee un bachillerato (licenciatura) en administración de empresas y dos maestrías; una en finanzas corporativas y otra en estudios bíblicos y ministerios. Posee un Doctorado en Ministerio (DMin) del Seminario Bautista Midwestern en Kansas City, Mo.  Su pasión es estudiar y enseñar la Biblia y brindar cuidado pastoral enfocado en el ministerio para padres.

Rafy es el Director del Ministerio Padre de Corazón, ministerio hispano de Abiding Fathers con oficinas en Dallas, Texas. Ha impartido talleres y conferencias sobre el rol del padre en Cuba, Puerto Rico, España y en varias ciudades en los Estados Unidos. Es productor y la voz en el Podcast de Padre de Corazón. Rafy es profesor adjunto en el Seminario Teológico Bautista de Midwestern y profesor invitado en el Seminario Teológico de Centro América extensión del Seminario Teológico de Dallas, Texas.

Rafy y su esposa, Ernestine (Ernie) se mudaron a la zona de Frisco, Texas desde Puerto Rico en 1995. Tienen dos hijas casadas, Amy y Wendy, y dos amados nietos, Coral y Joel.

Fue ordenado pastor en Marzo del 2016. Actualmente se congrega en The Heights en Español en Richardson, Texas.

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