Te pido que por un momento uses tu imaginación. Imagínate que estas en tu casa un domingo en la tarde tomando tu siesta. Acabas de llegar de la iglesia, donde te sentaste como de costumbre, en la última fila de atrás en una esquina donde piensas que pasas por desapercibido. El pastor, como parte de los anuncios, dijo que quería revitalizar el ministerio de hombres y estaba buscando un líder para llevar a cabo esa tarea. No bien te has acomodado para tomar la siesta suena tu teléfono celular. ¡Es el pastor! En la conversación te dice que ha estado orando por un líder para el ministerio de hombres y te ha considerado como líder. Nunca habías tomado el liderazgo de un ministerio en la iglesia ni mucho menos en el trabajo. En tu casa, ni se diga. Es más, te cuesta llevar el perrito de tus hijos a pasear en la tarde ya que el perrito es quien te dirige a ti y no tu a él. No podías creer las palabras del pastor. Saliste en búsqueda de tu esposa pues pensaste que ella era parte del complot. Ella no aparece ni en los medios sociales.
¿Qué harías? ¿Cómo contestarías? Todo este tiempo has estado escondido y de repente, ¡pum! tu mundo se pone patas arriba con una llamada telefónica asignándote algo para la cual tú no te encuentras preparado. Tal vez no quieres hacer sentir mal a tu pastor. En la conversación llegan al acuerdo que has de orar y buscar dirección de Dios. ¡Una señal! Necesitas validar tu llamado o por lo menos lo que piensa el pastor de ti. ¿Estarías de acuerdo conmigo?
Gedeón tuvo una situación similar, no para dirigir un ministerio de hombres…sería el libertador del pueblo israelita ante la opresión de los madianitas y los otros pueblos del oriente. Escucha como continuó la conversación entre Gedeón y el Angel del Señor: El Señor le dijo: —Yo estaré contigo, y destruirás a los madianitas como si estuvieras luchando contra un solo hombre. Si de verdad cuento con tu favor —respondió Gedeón—, muéstrame una señal para asegurarme de que es realmente el Señor quien habla conmigo.” Jueces 6:16-17. Y Dios hizo exactamente eso. Las señales no faltaron. Con la primera señal Gedeón reconoció que aquel que la hablaba era realmente el Angel de Señor y pensó que moriría. Pero aun Gedeón tenía sus dudas y es cuando llega las peticiones famosas de la lana de oveja. Escucha como aparece en la Biblia:
Después Gedeón le dijo a Dios: «Si de veras vas a usarme para rescatar a Israel como lo prometiste, demuéstramelo de la siguiente manera: esta noche pondré una lana de oveja en el suelo del campo de trillar; si por la mañana la lana está mojada con el rocío, pero el suelo está seco, entonces sabré que me ayudarás a rescatar a Israel como lo prometiste». Y eso fue exactamente lo que sucedió. Cuando Gedeón se levantó temprano a la mañana siguiente, exprimió la lana y sacó un tazón lleno de agua. Luego Gedeón le dijo a Dios: «Por favor, no te enojes conmigo, pero deja que te haga otra petición. Permíteme usar la lana para una prueba más. Esta vez, que la lana se quede seca, mientras que el suelo alrededor esté mojado con el rocío». Así que esa noche, Dios hizo lo que Gedeón le pidió. A la mañana siguiente, la lana estaba seca, pero el suelo estaba cubierto de rocío. Jueces 6:36-40 NTV.
Dios, en su maravillosa gracia, contesto la petición de Gedeón y le dio las señales que él pidió. Aun cuando Gedeón dijo; “¿Sabes qué? Yo no puedo hacer lo que tú me pides, yo soy el menos importante.” La respuesta de Dios fue: “Si, tú puedes. Tú puedes porque Yo estoy contigo.”
¿Has estado en una situación similar? ¿Le has pedido una señal a Dios para confirmar tu llamado? Tal vez has pensado que pedir una señal o confirmación de parte de Dios es irrespetuoso o una muestra de falta de fe o debilidad de tu parte. No. No lo es. Dios ha de responder a su debido tiempo. Ahora, por favor, no pidas que la señal sea que el rostro del Señor Jesucristo aparezca en una tortilla de harina de maíz o de trigo o que cuando mires al cielo veas una nube en forma de un ángel. La señal en tu vida no tiene que ser tan espectacular como las de Gedeón. Tal vez puede que llegue a través de una palabra de un hermano o hermana en la fe. Me ha sucedido en varias ocasiones. Tal vez al leer la Biblia un texto impacta tu corazón. Me ha sucedido también. Tal vez el Espíritu Santo hable a tu vida, a tu corazón cuando menos lo esperes. Me ha pasado.
Continua…¡Nos vemos en el barrio!
Copyright 2021
Dr. Rafael (Rafy) Gutierrez
Director-Ministerio Padre De Corazón
[email protected]
www.padredecorazon.org
Foto por Chris Moore en Unplash.
Glorioso artículo de mucha bendición, Pastor Rafy.
Gracias.
Hola Melida,
Nos da mucho gusto saber que este artículo le haya sido de bendición.
¡Bendiciones!
Judith