Un médico estaba atendiendo a una mujer en sus ochenta años que gozaba de salud bastante buena. Ella caminaba rápidamente o trotaba todos los días. El medico comenzó a preocuparse por ella, aunque la salud de ellas era buena, le advirtió que no se excediera al hacer ejercicios. Ella escucho el consejo del médico, y dejo sus actividades físicas que acostumbraba a hacer. Algunos meses después el medico se encontraba en la funeraria asistiendo al sepelio de su paciente de ochenta años. El médico le comento a uno de sus amigos que estaba presente en el funeral: ¿Sabes? Quisiera cortarme la lengua por haber aconsejado a esta mujer que se cuidara, que dejara de fatigarse y hacer ejercicios como acostumbraba. Dudo que vuelva a darle a alguien ese consejo…especialmente a personas de edad que disfrutan de la vida con tanta intensidad como ella lo hacía.”
El mundo está lleno de consejos. ¿Estás de acuerdo conmigo? Alguien dijo que los consejos es algo que pedimos cuando ya sabemos la respuesta pero preferimos no saberla. Hay quienes ofrecen consejos abiertamente, a veces por que los solicitamos, a veces sin solicitarlos. Aun los medios sociales están cargados de todo tipo de consejos. ¿Te has fijado? Muy bien lo dijo Fray Antonio de Guevara; “El aconsejar es un oficio tan común que lo usan muchos y lo saben hacer muy pocos.” Hemos llegado al punto de pedir consejos para determinar si necesitamos consejería. Y lo interesante es que algunos pagan por esos consejos.
¿Y que tal cuando se trata de los consejos que buscan predecir el futuro? Queremos basar nuestras decisiones en lo que es probable que suceda en el futuro. Cuando estamos buscando mayor ingreso económico, un trabajo diferente, una nueva relación o cualquier otro esfuerzo futuro, buscamos consejos que nos ayude a tener éxito en el futuro. Queremos que nuestros planes estén seguros y apoyados por el consejo de otros. El problema con nuestros planes es que rara vez nos llevan muy lejos. Los caprichos del razonamiento humano no siempre nos llevarán por el camino correcto. ¿Por qué? Porque cuando se trata de eso, ninguno de nosotros, incluyendo el que da los consejos, sabe lo que sucederá en el futuro. Podemos planificar y volver a planificar de acuerdo con todos los consejos convencionales y hasta los no convencionales y, al final, podemos caer de cara contra el piso. Entonces reconocemos que no tenemos el futuro en nuestras manos, nunca lo hemos tenido. No tenemos la voluntad de Dios en nuestros corazones. Y no tenemos Su sabiduría en nuestras mentes. Al menos no al principio.
Es por eso por lo que debemos vivir nuestras vidas alimentándonos diariamente de la Palabra de Dios. Debemos leer y meditar en Su palabra regularmente, con frecuencia y repetidamente. Debe ser llevada a nuestras mentes, abrazada por nuestros corazones y ponerla en práctica siempre. El consejo de Salomón está en lo correcto; “Adquiere la verdad y nunca la vendas; consigue también sabiduría, disciplina y buen juicio.” Proverbios 23:23. Es un consejo muy sabio. ¿No crees?
No podemos conocer el futuro. No quiero pensar que sucedería con nuestras vidas si tuviésemos la capacidad de conocer o predecir el futuro. Es como una comezón por saber lo que el mañana ha de traer. Nos puede crear ansiedad. Sin embargo no sentimos lo mismo cuando miramos hacia atrás. ¿Cuántas veces has deseado que cosas que sucedieron en tu vida nunca hubiesen sucedido? Dios no suele revelarnos nuestro futuro, lo que ha de suceder en el día de mañana. Pero utiliza nuestras experiencias pasadas para hacernos crecer más en El y que sirvan de palabras de consuelos para otros. (2 Corintios 1:3-4). Dios nos revela lo que necesitamos saber para vivir la vida de santidad que El espera de cada uno de nosotros.
Padres…papás, tienes el llamado mas alto que cualquier hombre pueda recibir: ¡ser padre! Vas a necesitar de consejos sabios en tu caminar como papá. Busca la Palabra de Dios cada día, escucha a tu esposa y a tus hijos. «Donde no hay buen consejo, el pueblo cae, pero en la abundancia de consejeros está la victoria.» Proverbios 11:14.
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Dr. Rafael Gutierrez
Director Ministerio Padre de Corazón
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