El año 2020 comenzó con algunas peculiaridades. Dos de ellas me llegan a la mente; la intensificación de la campaña política en los Estados Unidos y el mensaje de alerta o consejo de que al escribir la fecha se usara los números del año por completo (2020) y no los dos últimos dígitos como en años anteriores. Todo proyectaba a que el 2020 sería un año que podríamos llamar normal. Pero entonces descubrimos que un virus denominado COVID-19 afectaría no solamente a la nación americana, pero al mundo entero. Son muchos los que anhelan desesperadamente que el año 2020 finalice. Hay quienes quisieran borrarlo de los libros de historia. Me parece que cuando se anuncie la llegada del año nuevo, 2021, muchos sentirán algún sentimiento de alivio y gratitud de que el 2020 haya pasado a “mejor vida”.
Pero a medida que llegamos al tramo final del año 2020 y todas sus dificultades, muchos están aceptando otro difícil descubrimiento, el cual puede hacer que el sentimiento de gratitud se desvanezca. El día de Acción de Gracias ha llegado y seguido por las Navidades. Como la mayoría de las cosas este año, ambas serán diferente y, para algunos, han de ser bien doloroso al no tener familiares cercanos ya sea por que perdieron sus vidas por el COVID-19 como también no poder reunirse la familia en grupos como en el pasado.
Las mesas de comedor en muchos hogares estarán limitadas al número de los residentes en la casa ya que el riesgo de viajar por COVID superó el deseo de reunirse con la familia. Otras sillas en la sala de comedor estarán vacías por la pérdida de empleo y como consecuencia no hay presupuesto para viajar. Y muchos de los que se toman el riesgo de viajar, venciendo la difícil decisión de así hacerlo, llegaran a la mesa emocional y espiritualmente exhaustos de un año caracterizado por incertidumbres, miedo, mentiras, debates, desinformación, división, enemistades y la guerra contra un enemigo invisible.
El día de Acción de Gracias, en su mismo nombre, este año parece ser dolorosamente irónico. Acción de Gracias; ¿Por qué? ¿Dar gracias por este año? Tal vez deberíamos bajar nuestras expectativas o estándares de celebración o mejor esperar hasta el próximo año cuando ya haya una vacuna que ayude a combatir tal terrible enemigo invisible y todo vuelva a la normalidad.
El apóstol Pablo nos dio una idea de cómo el Señor quiere que su pueblo piense en sus palabras a la iglesia en la ciudad de Tesalónica: “Estén siempre alegres. Nunca dejen de orar. Sean agradecidos en toda circunstancia, pues esta es la voluntad de Dios para ustedes, los que pertenecen a Cristo Jesús.”. (1 Tesalonicenses 5: 16-18). Este es un versículo que han escuchado muchas veces. Es fácil de leer, pero la realidad es que es muy difícil de practicar. ¿“Estar siempre alegres»?, ¿Dar gracias en todo”? ¿Aun en medio de la crisis del COVID-19 y el impacto que ha tenido en nuestras vidas? ¿Qué cosas voy a mencionar por la cual estoy agradecido?
La exhortación pastoral de Pablo a la iglesia en Tesalónica fue tan necesaria en aquel tiempo como lo es ahora. Si prestamos atención a las palabras de Pablo con los oídos de la fe, creo que nos ayudara para participar y dar gracias en estos tiempos difíciles, llenos de incertidumbre y dolor, con nuestra esperanza y confianza puesta en Dios y para Su gloria.
La iglesia en Tesalónica era una iglesia perseguida y afligida. Sin embargo, se convirtieron en un modelo de gozo y ejemplo de perseverancia para otros. Entonces, ¿cuál era su secreto? La respuesta es tan simple como profunda, y se esconde a plena vista en misma carta de Pablo. No surgió de una ráfaga de ilusiones, ideas filosóficas ni mucho menos de un cambio favorable de circunstancias. Su gozo y gratitud creció medio de las dificultades y llegó más alto que cualquier cuidado o circunstancias terrenales.
En 5: 16-18 tenemos tres imperativos (cosas que debemos hacer): Estar siempre alegres, orar sin cesar, dar gracias en todo. Ahora no podemos sacar estos tres imperativos de su contexto. Los tres se dan bajo un indicativo imponente (el «por qué» detrás del «qué»): … versículo 18: “porque esta es la voluntad de Dios en Cristo Jesús para ustedes”.
El profundo, firme y abundante agradecimiento de la iglesia se basaba firmemente en lo que Cristo Jesús hizo por ellos. Dios, conociendo su (y nuestra) tendencia a enfocarse en lo temporal, les instruye a levantar sus ojos hacia un horizonte más alto. El versículo 18 nos da el imperativo de dar gracias, en todo. Esta expresión abarca dos pensamientos primordiales. Primero, expresar gratitud por todo lo que recibimos. Segundo, en toda circunstancia y en cualquiera condición hay que dar gracias. Es difícil dar gracias a Dios cuando hay adversidad, tribulación y problemas, sin embargo, es cuando puede brillar más la gratitud. Cuando hay sufrimiento y dolor es donde uno puede olvidarse de dar gracias a Dios. Allí debemos recordar y reconocer la soberanía de Dios, y que Él sabe, más que ninguno, qué es lo que nos conviene y por qué nos envía lo que nos envía. El poder dar gracias a Dios en todo es un resultado de la llenura del Espíritu Santo. En todas las cosas de la vida podemos y debemos ser agradecidos.
Quizás Dios ha permitido que 2020 sea tan difícil y extraño para que podamos recordar cuán preciosa es nuestra salvación y cuan amoroso es nuestro Salvador. Ciertamente, esta no sería la primera vez que Dios trabaja de esta manera. Esta es la exhortación para nosotros mientras participamos en Acción de Gracias este año; aprovechemos la oportunidad para enfocarnos aún más profundamente en todo lo que Cristo ha hecho por nosotros. Creamos, de corazón, que el mismo Espíritu Santo que nos regeneró está listo, dispuesto y es capaz de activar de nuevo las verdades del Evangelio de una manera que produce gozo, nos motive a una vida de oración y de acción de gracias. Entonces, reunámonos alrededor de la mesa este año con un corazón rebosante de acción de gracias hacia Dios, que glorifica a nuestro Dios y fortalecerá nuestra fe y la de nuestros amigos y familiares.
Copyright 2020
Dr. Rafy Gutierrez, DMin
Director
Ministerio Padre de Corazón
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Fuentes Consultadas y citadas:
Comentario Bíblico Mundo Hispano, 1 y 2 Tesalonicenses, 1 y 2 Timoteo y
Tito 1, 2 Tesalonicenses. Editorial Northwestern.
